Hola, niños (nunca mejor dicho...)
¿Un post sobre el paso de la oca, el himno de la Legión o los amores de sus miembros y la mascota de tan noble institución? No, nada más lejos de mi intención. Si el título que abre este post habla de tendencias marciales, es debido al sujeto sobre el que gira el mismo -Marcial Maciel Degollado- y los gustos que dicho personaje profesa, ha profesado y si el cuerpo le aguanta probablemente seguirá profesando.
Primero: ¿Quién es Marcial Maciel?, os preguntaréis. Pues bien, el personaje en cuestión no es ni más ni menos que el padre fundador de la ilustre y distinguida congregación de los Legionarios de Cristo, a la que pertenecen miembros y ex-miembros tan distinguidos de la vida política de nuestro terruño como Michavila y el inigualable Acebes.
Segundo: Aclarado el quién, cabe dilucidar el qué, es decir, los gustos o tendencias del tipo en cuestión, reconocido por los suyos como santo varón y hombre de gran sabiduría y fe. Pues resulta que el personaje en cuestión ha sido sancionado por las máximas autoridades vaticanas por las acusaciones sobre su persona vertidas por abusos a menores a lo largo de su pía carrera.
Así pues, el buen Marcial, que ha respondido que aceptará la sanción vaticana -retiro y oración- porque es una prueba de dolor que el buen dios le impone, ingresará como miembro distinguido en el panteón de personajes famosos por su afición al "pot petit", comoya lo hicieron el Duque de Feria, el encargado del pub Arny -que por cierto, ya está en la calle- o el pillín del profesor Humbert...
Lástima que el señor no haya decidido imponer una prueba más dolorosa que el retiro y la oración al padre Marcial, como por ejemplo habría sido una prolongada estancia en la galería de violadores y asesinos de una feliz prisión brasileña o nigeriana, pero en fin, ya se sabe, el tipo tiene enchufe y los caminos del señor son inescrotables...
Con finjida estupefacción, se retira a orar por su alma
Padre Sandro
Bueenooo, Marcial... o tienes una febrada del copón o te ha puesto tenso el ver a tanto monaguillo junto...
3 comentarios:
Vaya, ¡qué sorpresa! Nunca lo hubiera imaginado de Marcial. Pues nada, nada, a darse con el látigo en el escroto hasta que un palomo cojo venido del cielo le exhorte: "currucú... currucú... déjalo ya, buen Marcial, que por mucho que te des, esos culos ya están rotos... currucú, cucú...".
Ahora mismito podemos encontrar en la edición digital de "El País" un artículo que describe este despido (a todas luces improcendete):
http://www.elpais.es/articulo/sociedad/Papa/castiga/fundador/Legionarios/Cristo/acusaciones/abusos/menores/elpporsoc/20060519elpepusoc_2/Tes/
En cambio, no se hace ninguna referencia en la sección "Religión" de "La Razón", digital edition. He buscado en la sección "Animales de compañía" y "Relax" y tampoco sale nada. Aunque he encontrado algo que puede ser de vuestro interés, que sé de buena fe que sois devoradores de literatura surrealista. En la sección "Religión", apartado "Fe y Razón", encontraréis eh... ésto: un artículo que lleva el enigmático título de "El 'polo' de Juanito". Premio para la señora, caballero o queer que desentrañe el subtexto.
El «polo» de Juanito
J. Mª ALIMBAU
Los miembros de un grupo de «Fe y Luz» de una parroquia vivieron el siguiente hecho contado por su consiliario Mn. Perich:
En una playa se bañan seis disminuidos psíquicos. Los acompañan tres jóvenes, una religiosa y un sacerdote.
Después de un buen remojón, bajo un sol de justicia, se reparte un «polo» a cada uno. Mientras todos están devorando la frescura del helado, Juanito se dirige hacia el agua donde hay un niño de cuatro años, alemán.
Con agua hasta la rodilla y el «polo» en la mano, Juanito se lo regala al niño. Momentos de expectación para todos. Pensamos:
«¡Ya no debería ser Juanito el que diese la nota!».
El niño alemán, con el «polo» en la mano, sale corriendo del agua y se planta a la falda de su padre. Nos cruzamos las miradas -el matrimonio alemán y nosotros- y nos sonreímos...
-¡Gracias, Juanito! No sabrás nunca el gusto que tenía el «polo»... Pero sí, el sabor maravilloso que dejan la renuncia y la generosidad para favorecer a otro…
-¡Gracias, Juanito! Nos refrescaste y ensanchaste el corazón y el espíritu... con la frescura de tu bondad… para aminorar el calor y la sed de uno más pequeño…
-¡Gracias Juanito! Hiciste posible que viviéramos un momento de fraternal unión, que a ninguno de los «normales» se nos pasó por la mente hacer, ni conseguir lo que tú conseguiste… ofreciendo tu «polo» con generosidad y amor…
Jesús (Mt 10, 42) prometió: «Todo el que dé de beber… tan sólo un vaso de agua fresca… a uno de estos pequeños… no quedará sin recompensa».
El sueño de la Razón quizás producía monstruos, pero el de la Fe produce curas pederastas.
Y aun os diré más:
http://es.wikipedia.org/wiki/Legionarios_de_Cristo#Esc.C3.A1ndalos
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