10:21 a. m.

Pedagogía aplicada: una propuesta

Publicado por Dr. Bermúdez |

Queridos amigos,

como cada año, llega a nuestro país una nueva edición de esa simpática carrera en la que un grupito de ricos y famosos se dedica a pasear temeraria e impunemente por nuestras carreteras y autopistas, conduciendo vehículos de gran potencia a velocidades imprudentes.

A pesar de que los aficionados al evento -que en sucesivas ediciones se ha denominado "Cannon Ball Race", "Bubble Gum Race" y ahora "Carbon Black Race"- han sido neutralizados, multados y escoltados por los Mossos de Esquadra hasta Barcelona, desde donde proseguirán a día de hoy su particular ruta por carreteras hispanas, es evidente que, dado que el acontecimiento se repite una y otra vez, no estamos siendo eficaces en nuestra tarea pedagógica. Y es que, como muy bien afirman muchos, la función de los cuerpos de seguridad no debe ni mucho menos ser únicamente represiva y recaudatoria; bien al contrario, la sanción debe tener como primer y mayor objetivo enseñar al infractor que su acción no es ni buena ni beneficiosa para nadie y que, en la medida de lo posible, no debe repetirse.

Naturalemente, a la luz de las pruebas nos percatamos de inmediato de que ni el cantante del grupo Jamiroquai -habitual del evento-, ni el actor Adrien Brody -otro asíduo-, ni ninguno de los felices conductores se dan por aludidos. Y es normal, pues a las palabras sancionadoras de los agentes y sus multas, responden con el pago inmediato de las mismas -unos 450 € con un 30% de descuento por pagar al momento- y con declaraciones jocosas en las que afirman que la policía local es "muy simpática y amable" o que "al fin y al cabo, no hacemos daño a nadie y la carrera tiene fines benéficos".

Pues bien, llegados a este punto y en aras de la coherencia funcional, propongo un cambio drástico en el tratamiento del acontecimiento en pro de un avance significativo en el espíritu pedagógico que se supone a la tarea de nuestra simpática policía local.

En primer lugar, y dada la insignificancia de las multas aplicadas a los corredores -450 € menos un 30%, es decir, 315 €, teniendo en cuenta que los vehículos que conducen los individuos en cuestión rondan fácilmente los los 250 mil euros-, propongo no cobrar las multas y en su lugar romper públicamente los dientes al conductor contra la bionda de la autopista, así, in situ y sin mediar palabra -eso sí, luciendo la mejor de las sonrisas que nuestra simpática y amable policía pueda lucir-. Posteriormente, prender fuego al vehículo inmovilizado y depositar sus restos, al destentado conductor y a los dientes del mismo en la frontera de la Jonquera, al son de las sirenas y con una bonita sonrisa estampada en el rostro de los agentes de la ley.

No me cabe la menor duda de que, con una acción como esta o similar -podría no partírsele la dentadura al conductor; tal vez bastaría con molerle las muñecas a porrazos-, sin lugar a dudas carreras benéficas e inofensivas como las que año tras año pasan por nuestra casa en contra de nuestra voluntad dejarían de pasar, y nos sentiríamos -yo al menos seguro que sí- mucho más satisfechos al haber cumplido con la principal tarea que conlleva el ejercicio del poder, a saber, educar y enseñar.


Pedagogía aplicada. Lección 1: la cicatriz como mnemotécnica

Siempre vuestro y dispuesto a educar,

S.

Endogamia Virtual: por una pedagogía acorde al intelecto medio

5 comentarios:

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Unknown dijo...

Max Rockatansky está dispuesto a mantener las autopistas catalanas libres de gentuza.

Dr. Bermúdez dijo...

Bien por Max...

Pansete dijo...

Querido Dottore,
¡Cómo se nota que usted tiene estudios! No en vano, detenta el muy honorable título de "Doctor" ("Dottore" en chino mandarín).
Por cierto, ¿acaso están sus brillantes y avanzados métodos pedagógicos inspirados en la escuela de Járkov? Lo digo porque me recuerda mucho a la teoría del condicionamiento inverso de Bratislav Demkjo...

Dr. Bermúdez dijo...

Mi leído amigo, veo que usted reconoce bien los métodos de tan brillante escuela pedagógica; no en vano, sus lecciones fueron abrazadas incondicionalmente por los ministerios de reeducación de diverosos paises de orbita soviética, e incluso inspiraron el modelo educativo chino de mediados de los ochenta...

En fin, conoce usted mis debilidades. Mi más sincera enhorabuena; me ha impresionado.

Atentamente,

S.

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