Endogàmia Virtual

Amigos todos,

yo estuve en Disneyland París. Sí, y no fue en busca de una tórrida aventura con el Pato Donald, sino por motivos de trabajo que al caso no aclararé...

En fin, el tema es que esa faraónica obra del mal gusto es también una fabulosa escuela de valores en la que niños e idiotas de todo el mundo descubren las ventajas de la tolerancia hacia los colectivos minoritarios -Chip y Chop se abrazan y se magrean abiertamente en todos los jardines del parque-, del amor hacia los animales -Pluto es amado por grupos de niños y niñas a la vista de sus padres, cual bukkake incontrolada-, y de la compasión hacia los débiles mentales -Goofy se pasea tranquilamente sin que a nadie se le ocurra apedrearlo con saña-. Por ello, me sorprende que en ese lugar privilegiado, cuna del reaccionarismo edulcorado, se permitan acciones de merchandising tan poco edificantes como ésta:



Y es que en diversas tiendas de productos Disney se pueden encontrar estos curiosos mini arsenales, trufados de pistolas, rifles y similares en miniatura, dispuestos como si de una armería de Oklahoma se tratara. ¿Es que no ven la contradicción que supone vender por un lado el cariño y el besuqueo baboso y por el otro un Winchester de pega?¿O acaso yo, ingenuo como soy, me equivoco y en el fondo el Pato Donald y Charlton Heston no son más que dos caras de una misma moneda?

Desconcertado, como casi siempre, me despido.

S.