Endogàmia Virtual

Estimados parroquianos,

acabo de ser testigo de uno de los más exquisitos suplicios a los que un/a pobre desgraciado/a puede ser sometido en televisión, en vivo y en directo. No se trata de un desmembramiento público mediante el uso de dos o más tractores, ni de una decapitación en directo con un cuchillo de cortar el pan; tampoco es la retransmisión de los cástings de Operación Triunfo edición rumana. Se trata del fabuloso programa de Antena 3 llamado "Libertad Vigilada", en el que -como segura ya sabréis- un grupo de homínidos de ambos sexos de edades comprendidas entre los 18 y los 24 años son dejados a sus anchas en un hotel de nosédónde, mientras sus padres observan de incógnito los procederes de su prole.

Pongámonos en situación: jóvenes españoles/as -dato muy relevante-, de entre 18 y 24 años -ergo, si los números no me engañan, en su mayoría miembros de la generación ESO-, mayoritariamente "sureños" -por decirlo de algún modo-, encerrados en un hotel y bien surtidos de alcohol... El resultado de tan simple operación sólo puede ser uno. Sin embargo, los padres y madres de los interfectos se sorprenden, escandalizan, avergüenzan, etc. y dicen, llenos de estupor, bien no reconocer a sus hijos/as o bien que las actitudes de los mismos/as son fruto "de la situación, de la compañía, del alcohol...". En fin, los lloriqueos de siempre que a nadie convencen -ni siquiera a los que los lanzan-. ¿Acaso era de esperar otra cosa?¿Alguien se había planteado -pongamos por ejemplo los miembros de la productora- que semejante muestra de hispanidad se habría puesto a debatir sobre la situación del conflicto arabo-israelí dentro del actual panorama político mundial, o que habrían protagonizado inagotables tertulias literarias sobre Shakesperare y su influencia en las estructuras narrativas del cine negro americano?¿Algún iluso esperaba ver a la chiquillada en cuestión bebiendo con moderación y comportándose con elegancia y buen gusto en tales circunstancias? ¿O es que en este país de retrasados mentales necesitamos ver por televisión lo que ocurre cada día en todas y cada una de las discotecas, pubs y locales de la costa e interior para creerlo?

Sin respuesta a las preguntas retóricas anteriormente formuladas, una sola conclusión de carácter general: programas como "Libertad Vigilada" son, antes que nada, estupendos baluartes para una actitud que cada vez más convence y conviene en el mundo en que vivimos, y es la de la total y absoluta abstinencia a la hora de ponerse a producir nuevos miembros de nuestra despreciable especie. Así, programas como el que nos ocupa ponen de relieve que, ante el impulso de meterla y dejar preñada a la compañera de turno, conviene recordar la perdida mirada del padre de uno de los interfectos en cuestión ante las imágenes que le muestran a su vástago borracho, en pelotas y tratando de meterle mano a un ejemplar de hembra de humano que, con un poco -muy poco- más de pelo sería la estrella de la más selecta jaula de mandriles. En fin, que ante la posibilidad de perder tanto tiempo, horas de sueño, dinero y tranquilidad para subir a semejantes personajes -por lo demás, nada fuera de lo común- más habría valido perder los huevos pisando una mina...

Y por si mis palabras agoreras os parecen exageradas, una muestra...

Respetuosamente vuestro, se despide

S.