Endogàmia Virtual

Amigos de lo ridículo,

¿quién no contó en sus tiempos mozos, en algún momento de camaradería con un grupo de adolescentes cargados de acné, un chiste que versara sobre la legendaria falta de inteligencia de los habitantes de Lepe?¿quién no se preguntó, harto de curiosidad, si realmente dichos seres eran tan cretinos como se decía o bien el estigma de la estupidez los perseguía sólo por la envidia que despertaban entre sus vecinos? Yo, por supuesto, hice lo propio hace años y todavía recuerdo hoy el estremecimiento y los abcesos de sarcasmo que me provocaba el mero nombre de tan distante y extraño lugar: "Lepe... provincia de Huelva..."

Pues bien, años después y como si de un mal guión de psicodrama se tratase, aquel nombre tabú ha vuelto a mí, o mejor, a todos los de aquella traumatizada generación, en forma de realidad periodística para confirmar lo que el saber popular formulaba a través de esas oscuras pero acertadas metáforas que son los chistes: que los leperos, que Lepe en sí es, realmente, la tierra de necios que se afirmaba que era. Sí, amigos; una vez más, como a menudo denunciamos desde este púlpito infamante que es Endogamia Virtual, la realidad ha superado a la ficción, o mejor dicho, la ha confirmado. En Lepe reina, como afirmaban los chistes, la más absoluta y dramática estupidez.

Así pues, hipótesis confirmada. Los chistes decían la verdad.

Aunque lo parezca -y de hecho debiera serlo-, lo que
se acumula sobre el paraguas de la feliz lepera no son escupitajos; es..."nieve"