Estimados todos,
hace ahora poco más de un siglo -¡ah, qué tiempos...!-, un célebre médico veronés llamado Cesare Lombroso formuló una exitosa teoría, según la cual ciertas características fisionómicas eran síntoma externo de malformaciones del espíritu que llevaban a sus poseedores, de manera natural, al crimen y la perversión. Olvidados injustamente, hoy los planteamientos de Lombroso no son más que una curiosidad que los estudiantes de medicina y criminología citan como rareza decimonónica ya superada o emplean como excusa para clasificar jocosamente a sus compañeros de facultad.
Sin embargo, tal vez el bueno de Cesare no andaba tan errado como nos permitimos hoy creer; porque, de no ser así, ¿qué explica que tres individuos como los que a continuación serán mostrados compartan rasgos fisionómicos en tan gran medida, y a la vez sean en el mismo grado de similitud seres abyectos a todas luces?
He aquí la muestra:
Especimen B
Especimen C
Por ello, y sin más que añadir, propongo desde este vuestro foro una rotura de lanza en favor de la lectura desprejuiciada de los grandes criminólogos de finales del XIX, personas que si bien no pudieron llegar a probar ninguna de sus sugerentes teorías de manera irrefutable, sí lograron sembrar en nuestros inquietos corazones la más que razonable sospecha de que algunos seres, con la cara, pagan.
Atentamente,
Dr. B.
Endogamia Virtual: Vigilar y castigar, y a poder ser cobrar por ello
5 comentarios:
Pues las malas lenguas dicen que yo tengo cierta retirada al Parada... Aunque yo siempre me he visto más como Carmen Sevilla.
Mghññéééé...!
Tothom s'assembla al Parada: Ell és l'ésser primordial del que es deriva bona part de l'espècie humana (si, la part en la que estan pensant)
Justo esa similutd aparace hoy en mi blog. Qué cosas!! Jejeje saludos!
Gran blog, por cierto...
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