Amigos todos,

como ya dijo en su día (y con parte de razón) el filósofo de Königsberg, pocas cosas entristecen tanto el alma del hombre justo que ver a un viejo verde en patética persecución de lozanas muchachas o a una vieja galanteando frente a un grupo de alegres mozos.

Evidentemente mucho ha llovido desde entonces y hoy ya son pocos los que arrugan el morro al ver espectáculos tan poco edificantes como el que pueda protagonizar una quinceañera tatuada mamándosela a un viejo panzón, o una vieja cuyas tetas parecen tirantes sodomizada por un vigoroso muchachito de color. El mundo cambia, amigos, y siempre a mejor, así que brindemos sin rencor ni esperanzas.

Lo que sí sorprende un poco más es que en esta lógica, reservada a la intimidad del hogar o bien a la intimidad de las cookies de nuestro navegador, se haya metido una editorial como Taschen, famosa por sus estupendos libros de arte, fotografía, arquitectura y, vale, algún que otro librito guarrete para que también los gafapasta se puedan aliviar 'a la vecchia', sobre papel y con tapa dura.

Days of the cougar, que puede traducirse como 'Los días de la fiera', es un fotolibro en el que la autora, Liz Earls, de cincuenta tacos, protagoniza tórridos encuentros a todo color con chavales (y alguna moza), y que pone de relieve que 1.) un hotel sigue siendo el mejor lugar para chingar a lo guarro (porque las sábanas las lava otro), y 2.) estar liberada sexualmente es sinónimo de teñirse el pelo de rubio platino, vertirse de puta y hacer buena la máxima 'si pesa más que un pollo, me lo follo'.

¿Todavía no has probado la tarta de la abuela?

Que quede bien claro: no tengo nada, más allá de un cierto reparo estético, contra el sexo en la tercera edad ni entre miembros de la tercera edad y otros pertenecientes a edades menos avanzadas (y por supuesto, nada en contra de las mujeres, de la edad que sea, que visten como furcias: al contrario, bien sea porque me resultan sugerentes, bien porque me hacen reir, las mujeres 'a la puttanesca' siempre son por mí bienvenidas). Ahora bien, y he aquí mi duda: ¿qué mensaje se oculta, tácito, tras la publicación de Taschen? Si lo que quiere Days... es elogiar a la cougar identificándola con la auténtica mujer sexualmente liberada, entonces está también diciendo que el resto de mujeres entradas en años que no se dedican a lavarle el sable a jovenzuelos ansiosos de experiencias en la tercera fase no están realmente liberadas (o bien no son realmente mujeres); por otro lado, si lo que el fotolibro de Liz Earls pretende es mostrar, en plan etnográfico, las venturas y desventuras de una madurita cachonda, entonces exijo a Taschen la pronta edición de un volumen realmente provocador, protagonizado por un puretas pasado de vueltas que, al caso, podría titularse Days of the Pfizer...

Un, dos, tres... ¿catorce?

Endogamia Virtual: el tiempo no pasa, pesa.

1 comentarios:

Aleix dijo...

El museu Guggenheim anuncia una retrospectiva "Bang Bus: 2007-2010" coincidint amb la Biennale.

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